Nevado.
Per merche500 – 07/08/2015
Tumbado en su cama y mirando las luces de su techo, su pensamiento se encontraba en otro lugar.
Veía la luz de la espuma del mar entrando en la arena blanca, descansando del tumulto de unas aguas profundas, cristalinas y esmeraldas.
Se hubiera reflejado en ellas, si no le hubiese enturbiado la imagen de sus padres y la de su hermano con todo su séquito.
Se acordó que tenía que acudir el domingo a la comida de Navidad que sus padres festejaban con tradición obligada.
No iría con su novia María, ni hablaría de su trabajo en la editorial.
Lo había perdido todo.
Había tenido que dejar ese apartamento de paredes de papel por no haber pagado durante varios meses.
Tendría que volver a casa de sus padres.
Que les contaría para no defraudarles…
Con su hijo perfecto, con su mujer sensacional, que trabajo no le faltaba, y sus dos repetidas hijas engalanadas con los mismos vestidos y lazos, no cabría su imagen desoladora como un cachorro perdido.
Entonces pensó que nunca tuvo un perro, porque sus padres le habían protegido siempre, sabían de su alergia.
¿Y si encontrara a un compañero que no le enfermara?; Sabía de razas que su pelo se asemeja a las pestañas.
Se incorporó de su lecho de un salto y salió a la calle y se dirigió en su coche a la protectora de su comunidad.
Cuando llego, dio su versión de la realidad y le aconsejaron los mini pincher. Eran unos chuchos pequeños y revoltosos, pero había uno que reclamó su atención. Era adulto y tristón, escondido en una de las esquinas y estaba tumbado con la mirada pérdida.
Entró en el recinto entre intrusiones de joviales pretendientes y se sentó a su lado. Nunca olvidará esa mirada triste y perdida hacia el infinito. Le hablo como si fuera su amigo y congeniaron con la mirada y lo escuchó detenidamente.
Entonces se levantó y al salir muy despacio de aquel corralito le dijo.
_ ¿Vienes conmigo?
Se levantó agachando las orejas y el rabo y le siguió. Ya era parte de su familia perfecta.
Esa Navidad, con la novedad de tan especial invitado, no hubo interrogatorio de su pérdida, sólo de su ganancia.
Descubrió que su familia no pretendía que se pareciera a su hermano, sólo querían que fuese feliz.
Ahora era feliz y gracias a Nevado.
Adopta.