A veces, siento tanto amor que parece que vaya a levitar hasta ver mi cuerpo fundido en el aire. Siento vibrar mi corazón mientras sus latidos se ahogan con la espuma del mar, batiendo su ritmo en un océano inmenso y poderoso.
Hay tanto que dar y recibir que sería imposible albergar más sentimiento. Es hermoso llenarte de bruma etérea y olor a algodón, tanto que duele, como una punzada suave, un ronroneo imperceptible para los demás, pero inmenso para mí.
Solo deseo ser merecedor de tan preciado tesoro. Amar las almas sinceras y previsoras, las que están atentas y deciden abrazar a un extraño o darle de comer a una paloma.
Simplemente dar sin que te lo pidan y solicitar lo que necesitas sin miedo al rechazo.